Sables Láser

Sables Láser

A través de las muchas leyendas de la Antigua República, ninguna
perdura más que las historias acerca de los Caballeros Jedi y sus increíbles
sables de luz. Este elegante filo de energía sirvió como arma personal de los
Jedi, representándolos casi como un símbolo del sentido del honor y la
justicia.


Durante más de mil generaciones, los Caballeros Jedi fueron la fuerza
más poderosa y respetada de la galaxia, y sirvieron como guardianes de la
paz durante esa época gloriosa. El sable de luz es posiblemente la más
sencillas de todas las armas, pero a su vez es la más difícil de manejar y
dominar. Su filo de energía pura es lo suficientemente potente como para
cortar la mayoría de los materiales, excepto el filo de otro sable de luz.
Cada Jedi construía su propio sable a mano, y por tanto cada uno era
diferente en tamaño, forma, estilo y color, aunque todos seguían siendo
simples de diseño y apariencia. La inmensa mayoría de los Padawan los
construían a semejanza de los de sus maestros como señal de respeto. Una
buena parte de instructores requerían una demostrada habilidad en la
Fuerza antes de mostrar a un estudiante como construir su sable. Su
fabricación no necesita demasiados materiales exóticos, y, por tanto, han
sido construidos y reparados en todo tipo de materiales un tanto primitivos.
Su construcción requiriere muchos días o semanas, pero se sabe que
durante las guerras clonicas algunos caballeros Jedi llegaron a construir un
nuevo sable en solo 48 horas. Su único gran secreto consiste en saber qué es
cada pieza y donde debe ir colocada.

La empuñadura de un sable de luz mide aproximadamente de 24 a 30 centímetros. Los controles indican el mecanismo de activación, un dispositivo de recarga de energía, así como en determinados casos diferentes controles para variar la potencia y el tamaño del filo. Algunos incluso tenían conmutadores de seguridad que apagaban el filo si se dejaban de agarrar.

En el corazón de un sable de luz se encuentra una pequeña y eficiente célula energética, o más de una, según los gustos de su constructor. Abriendo el  equeño panel de acceso, se pueden contemplar las joyas de múltiples facetas que enfocan la energía en un delgado rayo paralelo.

Las joyas o gemas son las que determinan el color del sable de luz, y si hacía
falta los Jedi eran capaces de forjarlas sintéticamente con un pequeño
horno y algunos elementos básicos. El rayo se emite a partir de una lente energética continua con carga positiva en el centro del mango. El rayo entonces crea un arco que gira hacia una apertura de flujo de alta energía negativa, normalmente instalada en un disco que al mismo tiempo sirve de protección para la mano. La amplitud de energía determina el punto donde el rayo se arquea de regreso al disco, fijando la longitud del filo. Un superconductor transfiere la energía de la apertura de flujo a la célula energética, sin que prácticamente se pierda energía durante el proceso. El rayo en sí mismo ni pesa ni irradia calor perceptible, aunque si adquiere un tono fluorescente y emite un ligero zumbido. El sable únicamente pierde energía al entrar en contacto con algo, pero no cuando choca durante un combate con otro sable o rayo láser.


Desdichadamente la tecnología de estos sable se ha perdido con los
Jedi, aunque todavía quedan algunos, (Jedis y sables, por supuesto), la mayor
parte de la gente creen que no son mas que un mito.