Una aprendiz Jedi

Una aprendiz Jedi

Soy una padawan , soy una aprendiz, y además tengo un don que no soy capaz de controlar. Mis enseñanzas avanzan y todavía no controlo mi privilegio o, tengo que decir mi responsabilidad.  Esa responsabilidad en mi dominio de mi sensibilidad hacia la Fuerza.

Mi existencia es real, estoy aquí en el Templo, con mi Maestro D_Andrew, quizás el mejor por el respeto que tiene hacia  mi persona y por sus estimados consejos. Ahora me está hablando, pero no lo oído, veo que mueve los labios, pero sigo sin escucharlo; en cambio percibo un ruido interior, percibo sonidos, parece como si interiormente otra persona me hablara, pero no es una sola, son varias, son muchas y todas con el mismo tono de voz, es mi tono de voz. Me hablo yo sola.

Por Mucho que lo intento no soy capaz de separar ni distinguir estos sonidos. Sé que recibo información, lo sé, se quien me habla, es mi simbiosis, es mi don particular que también lo tiene mi Maestro, pero aún yo no tengo el conocimiento de saber escuchar con orden, con el orden que mantiene la Fuerza en todos nosotros. Lo que percibo es que la Fuerza me habla.

Sin la Fuerza yo no entendería más profundamente el funcionamiento galáctico, la Fuerza lo envuelve todo.  Somos seres con vida y con la Fuerza sé que puedo influir en el contorno cercano por medio de la Fuerza Viva:  en las plantas, en los animales, en las piedras y en los demás seres racionales que nos consideran espiritualmente poderosos, semidioses. No es así, nosotros no somos semidioses,  tenemos una responsabilidad más que ellos, pero no somos superiores, eso es imposible. Con la Fuerza conseguimos hacer cosas que un ser no sensible a ella no es capaz de hacer como: curar, mover objetos, influir en las mentes ordinarias,  movernos con ligereza, percibir otros seres sensibles e incluso actuar desinteresadamente hacia ellos. Pero necesito conocer bien esta energía prodigiosa que percibo. Necesito algo para separar los sonidos que percibo. Necesito meditar, acallar mi mente. Conociéndola  entenderé y comprenderé los sucesos que ocurren en la galaxia, el equilibrio galáctico que procura la Fuerza. No deseo aprovecharla como un fin personal, se que la Fuerza también  me permite estrangular, concentrar y usar rayos, matar, pero esto se supera con conocimiento y sobre todo con autoconocimiento. Saber distinguir los sonidos que no envían nuestros simbióticos midi-clorianos  es interpretar a la Fuerza, es adentrarse y saber que ella controla nuestras acciones. La Fuerza es buena por naturaleza, es Vida y, mis actos quiero que sean puros en bondad y generosidad. La Fuerza es un todo y no debo aprovecharla en mi beneficio. No tiene sentido contradecirla. La Fuerza, como dice mi Maestro, es balance, es  adoptar el punto de vista más lógico, no tomar decisiones extremas que desencadenen desastres o sucesos  catastróficos. El conocerla por completo es un ideal, yo no pretendo eso, hay que aprender de ella en cada momento, ante todo controlar el presente, y saber que  el futuro es el reflejo de los hechos ocurridos en el pasado.  Con mi meditación, con autoconocimiento y con la ayuda de mi Maestro lo conseguiré.