Relatos STAR WARS (XII)

Capítulo 12

Caminaron poco tiempo por aquella red de pasadizos subterráneos del puerto espacial aunque para todos ese corto espacio de tiempo les pareció eterno. Finalmente ascendieron por unas escaleras que los condujeron al acceso otro taller de astronaves. Yokyr se adelantó con cautela a echar un vistazo mientras el resto del grupo aguardaban en el umbral del acceso.

Yokyr: “¡Veryariel ¡Veryariel ¿estás hay?”.¡Soy yo, Yokyr!”.

No hubo respuesta alguna a las palabras de Yokyr. Se encogió de hombros mientras daba media vuelta para reunirse con sus compañeros pero antes de que tuviera tiempo de dirigir la vista al frente alguien le propino un puñetazo que lo lanzó contra el suelo. Sus compañeros oyeron el ruido e inmediatamente entraron todos en la habitación. Cuando entraron vieron como Yokyr, aún tumbado en el suelo se retorcía de dolor mientras se llevaba la mano a la nariz y alzaba la vista para identificar a su atacante. Se trataba de una joven twi´lek: Veryariel Cálimäh. Su piel roja y sus ojos amarillos le conferían un atractivo mayor al habitual para una fémina de su especie. Sus ropas delataban su naturaleza de exploradora: una camiseta de tirantas debajo de una cazadora de cuero color marrón oscuro, sus pantalones eran del mismo estilo que su chaqueta y portaba un cinturón con multitud de accesorios y herramientas pequeñas además de una pistola blaster, sobre su cabeza llevaba unas gafas como las que suelen utilizar los pilotos de vainas y unos guantes que cubrían las palmas de sus manos.

Yokyr: “Veryariel”.

Veryariel: “Hola Yokyr”.

Yokyr: “¡¿A que ha venido eso?!”.

Veryariel: “Eso ha sido por lo de Nar Shaddaa”.

Yokyr: “¡Oh vamos Veryariel! ¿Aún estas enfadada por eso?. Lo de Nar Shaddaa fue una tontería sin importancia”.

Veryariel: “¡Hum!”.

Veryariel dirigió la vista al resto del grupo y los estudió mientras Yokyr se ponía en pie y seguía tocándose la nariz.

Yokyr: “¡Aaauuuch! Veo que sigues sabiendo cuidar de ti misma”.

Veryariel: “De eso no te quepa duda. Ahora dime quienes son tus amigos y que estáis haciendo en mi taller”.

Tras presentarle al resto de los miembros del grupo, Yokyr comenzó a narrarle a Veryariel la historia: la misión del consejero Kristan, la persecución de los droides, el asesinato de Saat Moo. Ella escucho atentamente sin interrumpir a Yokyr.

Yokyr: “Y esa es la historia”.

Veryariel: “A ver si me enterado bien. Los separatistas os persiguen. Pretendes que os lleve en mi nave hasta Coruscant”.

Yokyr: “Así es. ¿Nos ayudarás?”.

Veryariel: “No”.

Yokyr: “Venga Veryariel no seas mala”.

Veryariel: “¿Lo has olvidado Yokyr? Yo no soy mala, tu me haces ser mala”.

Yokyr: “…”.

Veryariel: “Mira Yokyr no me interpretes mal. Siento mucho por todo lo que estáis pasando tus amigos y tú. Pero me ha costado mucho salir adelante y conseguir mi propia nave. ¿Sabes lo que harían los separatistas con mi nave y conmigo si os ayudo?”.

Yokyr: “Pero Veryariel nosotros…”.

Kristan: “Basta Yokyr”.

Yokyr: “Mi lord”.

Kristan: “Comprendo y respeto los motivos de tu amiga. No deseo involucrarla en esta situación tan peligrosa. Le pido disculpas por las molestias”.

Veryariel: “Lo siento mucho de verdad. Yo…”.

En ese momento un comunicador colgado al cinturón de Veryariel comenzó a lanzar una señal de aviso.

Veryariel: “Discupad un momento. ¿Qué ocurre Drake? ¡¿Qué?! ¡Entendido!.

Veryariel parecía preocupada después de aquella comunicación. Se quedo pensativa durante unos minutos como si estuviera intentando tomar una situación.

Kristan: “¿Hay algún problema?”.

Veryariel: “Si. Y grande. Ha habido un cambio de planes”.

Todas las miraron algo preocupados sin comprender bien sus palabras.

Heck: “¿Cambio de planes? ¿A que te refieres?”.

Veryariel: “Quiero decir que nos vamos todos a Coruscant”.