Relatos STAR WARS (IV)

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Capítulo 4


El grupo a bordo del deslizador llegaron a la zona en ruinas de Anyprice. Antaño estas ruinas habían sido una de las zonas más lujosas que desgraciadamente había caído en desgracia por culpa de los deseos de los ciudadanos por enriquecerse rápidamente, ahora apenas nadie pasaba por aquí de día y de noche esta zona era similar a un pueblo fantasma. Siguiendo las indicaciones dadas por el neimoidiano llegaron al hotel en el cuál podrían ocultarse. Era un amplio edificio de no más de dos plantas con unos amplios balcones exteriores, aunque algunos de ellos se habían derrumbado a causa del deterioro al igual que la mayor parte de la arquitectura de la zona. Dejaron el deslizador cerca de una entrada en forma de arco por el cual se accedía al interior del edificio. Una vez atravesaron la entrada, llegaron a un amplio patio en el cual había muchos árboles muertos; en el centro del patio había una enorme fuente destrozada y sobre la cual flotaba un liquido el cual todos estaban seguro que no podría tratarse de agua y en las paredes estaban las puertas de las distintas habitaciones aunque algunas hacia tiempo que se habían oxidado. En la esquina derecha del patio había una escalera por la cual accedieron a la segunda planta; eligiendo una de las habitaciones más amplias y cercanas a la entrada de arco y al deslizador. El interior de la habitación no presentaba mejores condiciones que el exterior del edificio. Tantos las paredes como el techo y el suelo presentaban múltiples grietas; la habitación constaba de un amplio salón en el cuál solo quedaban un sofá en condiciones mediocres y una mesa derrumbada a causa de la falta de una pata y una puerta que chirriaba por la cual se accedía a un dormitorio con un cuarto de baño. En la habitación tan solo había un colchón lleno de polvo y agujeros y el cuarto de baño sencillamente carecía de cualquier mobiliario.

“Parece que alguien ha desvalijado este sitio a conciencia. No parece que vaya a encontrar nada de valor” pensó Tweedo mientras se acomodaba en el sofá tras haber registrado la habitación sin éxito. El neimoidiano también se había acomodado en el sofá a fin del que el joven jedi humano pudiera atender la herida de su mano. El resto del grupo permaneció de pie durante y durante un breve espacio de tiempo el silencio se adueño de la habitación. Finalmente, el consejero Kristan fue el primero en romper este incómodo silencio.

Kristan: “Creo que antes de hablar sobre la situación que ha provocado que nos hayamos  reunidos deberíamos presentarnos debidamente. Yo soy Bool Kristan, principal consejero del senador de Alderaan, Bail Organa; aunque creo que todos ya lo sabías de antemano”. Realizando un gesto con su mano hacia el twi´lek lo presento al resto del grupo . “Creo que ya conocéis a mi ayudante personal Yokyr” asintiendo este levemente. Luego repitió el gesto de mano hacia el neimoidiano. “Mi acompañante se llama Heck y está  al servicio del ilustre Saat Moo, uno de los miembros más  importantes de la Federación de Comercio”. Heck realizó una leve reverencia al ser presentado.

A continuación se presentaron los Jedis.

Jedi humano: “Mi nombre es Thrael Sora y este es Ray´n Bow” realizando un gesto de mano hacia su compañero kel dor similar al gesto que había realizado Kristanun momento antes. “ Somos padawans enviados por el consejo jedi para garantizar vuestra seguridad consejero Kristan”.

Ahora Tweedo entendía lo de larga trenza teniendo la cabeza al rape. La trenza era un símbolo muy común de los aprendices a jedi.

Kristan lanzó una mirada de reproche a los jóvenes padawans pero lanzando un suspiro todos dirigieron sus miradas hacia Tweedo.

Kristan: “ Es vuestro turno amigo mío, me gustaría conocer el nombre del hombre que me ha salvado la vida”.

Tweedo: “Me llamo Tweedo y solo soy un simple comerciante errante que se encontraba  cerca por casualidad cuando empezó la fiesta con esos matones. Espero que no haya olvidado nuestro trato”. Lanzando una mirada cuyo significado Kristan no pudo descubrir aunque lo sospechaba.

Kristan: “ Como te prometí serás recompensado pero me temo que tendrás que esperar un poco más pues como puedes observar tanto mi ayudante como yo no llevamos en este momento  ningún de medio para recompensarte como es debido”. Tweedo escruto detenidamente a Kristan  y a Yorky y finalmente decidió que  el ilustre consejero no mentía. “ Podré recompensarte una vez nos encontremos de regreso en Coruscant, si tiene la amabilidad de acompañarnos a no ser que aún tengas algún asunto que tratar en Atzerri”.

Si quereís leer el capítulo completo, pasaros por:

http://elhangardemazingermaster.blogspot.com/2009/05/relatos-star-wars_20.html